lunes, 25 de enero de 2010

Qué

No digas nada si tan solo te aprendo.
Salgo a buscarte
Y te enseño mi alma para estudiar
Y mis mañas de repasar.

Busco una sonrisa sin motivo.
Sin esfuerzo ni compromiso,
Sin alarmas ni alabanzas,
Una sonrisa de sólo dar.

Busco tu pestañeo lento.
Ese que no sale a las calles
Ni se pasea junto al viento.
Sino ese que tan solo es mío.

No digas nada si tan solo descubro
Para que también tengas
De esas cosas de salvar

No digas nada si apenas te miro.
Apenas eso antes que digas qué.

2 comentarios:

Sugar Sixx dijo...

Que bonito que escribes. Acabo de leer también el cuento del Displicencia Benítez y sus 33 orientales. Muy bueno.

Saludos.

Pepe dijo...

Muchas gracias Sugar Sixx y bienvenido al Botija que Cuenta.